viernes, 3 de enero de 2014

"Es mejor tener algo (una universidad de mediana calidad) a no tener nada"


Está frase forma parte de la nota que el periodista Ricardo Monzón Kcomt publica hoy en Perú 21. Este desatino, por increíble que parezca, pertenece a Luis Enrique Carpio, presidente del Conafu, quien justifica así el ineficiente trabajo que realizan en las autorizaciones de funcionamiento para nuevas universidades.

“Nosotros no estamos infrigiendo ninguna ley (al crear universidades)… Es mejor tener algo (una universidad de mediana calidad) a no tener nada, porque no creo que a un joven pobre le vas a decir que la alternativa es: o tienes estudios de calidad o no tienes nada”

Es tan correcto aquello que dice respecto al irrestricto cumplimiento de la ley, como irresponsable el mensaje que da a los jóvenes pobres.

El tema de calidad educativa es fundamental para el desarrollo del país. Mientras otros países avanzan en esta discusión, doctrinas e intereses nos entrampan y nos dirigen al despeñadero. No me cansaré en decir que progreso no es desarrollo, que crecimiento económico no es desarrollo.

“Distraídos por la búsqueda de la riqueza, nos inclinamos cada vez más por esperar de nuestras escuelas [y universidades] que formen personas aptas para generar renta en lugar de ciudadanos reflexivos. […] ¿Qué nos encontraremos en el futuro si estas tendencias se prolongan? Pues tendremos naciones enteras compuestas por personas con formación técnica, pero sin la menor capacidad para criticar a la autoridad, es decir, naciones enteras generadoras de renta con la imaginación atrofiada.” Nussbaum, Martha. (2010). Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Buenos Aires: Katz, p. 187.

Esto también es calidad. ¡Qué lejos estamos! 

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